lunes, 19 de diciembre de 2011

El mundo infantil es un mundo de magia, de inocencia, de idealismo y compleja sencillez.


El primer bloque de la asignatura, lleva por título Literatura infantil. Análisis y selección. Durante este tema hemos trabajado y conocido los aspectos importantes de la Literatura.

En mi opinión creo que es importante refrescar la memoria, y recordar lo que significa la palabra literatura. La definición de literatura según la RAE es: “el arte de la palabra.” Y por supuesto creo de suma importancia recordar también la clasificación de los libros, por edades que da el Barco de Vapor.

Serie Blanca Primeros lectores

Serie Azul 6 – 8 años

Serie Naranja 8 – 10 años

Serie Roja 10 -12 años

¿Porque creo que es de suma importancia recordar estos dos aspectos?

La respuesta es muy sencilla, relación de conceptos. Lo que quiero decir con esto es que para poder hablar de que libros y de cómo seleccionarlos correctamente, primero debemos recordar, que es la literatura y por supuesto debemos conocer la clasificación por edades.

Ahora bien, para poder seleccionar correctamente un libro tenemos que aportar algunos conceptos más. Por ejemplo debemos saber el momento evolutivo de los niños y el punto más importante para mí, los gustos de los niños.

5-7 años

Etapa de lectura usual en esta edad

Lectura de los primeros años de primaria.

Usa textos cortos.

Hace lectura silábica y por palabras.

Recurre constantemente a la ilustración para verificar su comprensión de lo que ha leído.

LO QUE MÁS LES GUSTA:

Cuentos clásicos europeos, cuentos de animales, fantasía, cuentos de hadas.

7-9 AÑOS

Etapa de lectura usual en esta edad

LECTURA COMPRENSIVA:

Lectura de los años finales de primaria.

Desarrolla alguna autonomía en la lectura.

Comprende textos cortos de lectura fácil, sin ilustración.

Puede leer comprensivamente la ficción y la fantasía.

LO QUE MÁS LES GUSTA:

Aventuras del ambiente más cercano: familia, comunidad, escuela.

Cuentos sobre sus propios problemas.

Cuentos modernos.

Novelas cortas.

9-11 AÑOS

Etapa de lectura usual en esta edad

LECTURA INFORMATIVA O DOCUMENTAL

Desarrolla fluidez en la lectura.

Puede leer textos más largos y complejos en ideas, estructura y lenguaje.

LO QUE MÁS LES GUSTA:

Novelas para jóvenes: de aventuras, de ciencia ficción, de amor (pero sin melodrama), de peripecias humorísticas.

Temas sensacionalistas, detectives, fantasmas, temas de actualidad.

12-13 AÑOS

Etapa de lectura usual en esta edad

LECTURA CRÍTICA

Asimila ideas, las confronta con su experiencia y conscientemente las relaciona, a la luz de lo que ha leído.

LO QUE MÁS LES GUSTA

Aventuras, novelas de viajes, historia, conflictos sociales…

Bien y una vez que ya sabemos esto. ¿Cómo lo llevamos a la práctica?

Esta es una de las preguntas más interesantes e importantes que debemos hacernos. Porque si no pensamos en esto, por mucho que tengamos la información de las etapas evolutivas y de sus gustos, nunca lograremos nada.

Lo más importante de todo a la hora de elegir un libro, es no dejarnos llevar por lo general, pues cada niño es una persona, con ideas, sentimientos y pensamientos propios y por lo tanto, es un mundo diferente. ¿Qué quiero decir con esto?, los niños no son iguales y cada uno tiene su mundo interior y por lo tanto unos intereses diferentes. A la hora de elegir un libro para nuestra aula, debemos saber cuáles son los gustos de cada uno de ellos.

Existen algunas páginas como la que pongo a continuación que nos muestra ciertos enlaces. Estos nos llevan a diversas librerías que nos permiten ver los libros que han salido actualmente para jóvenes y para niños, además nos aconsejan y nos informan de ellos.

http://www.demadres.es/index.php/Ocio-con-ninos/Librerias-Infantiles.html

Los libros lo que deben perseguir fundamentalmente es que les guste a los niños.

Para la elección de libros además podemos contar con un PDF como este que nos da ciertos consejos.

http://familias.leer.es/files/2010/07/art_fam_10consejosparaseleccionarlaslecturas_gemmalluch.pdf

En este enlace encontramos de todo, desde pequeños consejos para seleccionar libros de todo tipo hasta diferentes enlaces que nos ofrecen más información. Incluido el enlace a dos páginas de las que hemos hablado en clase, como son:

SOL Servicio de Orientación de la Lectura

http://www.sol-e.com/index.php

Internacional del Libro Infantil y Juvenil

http://www.fundaciongsr.es/wfuns/presentacion/repertorios_y_bibliografias

Literatura infantil, término que engloba diferentes géneros literarios: ficción, poesía, biografía, historia y otras manifestaciones literarias, como fábulas, adivinanzas, leyendas, poemas y cuentos de hadas y tradicionales de transmisión oral. La literatura infantil apareció como forma o género independiente de la literatura en la segunda mitad del siglo XVIII, la cuál era prácticamente didáctica, pues lo único que querían era inculcar algo. Además los niños que aparecen en las historias, son niños planos, es decir, no tienen personalidad. Entrando dentro de la paraliteratura.

Esta literatura se fue desarrollando de forma espectacular en el siglo XX, para llegar al punto en el que ya no se busca enseñar o moralizar al niño, sino que comience a disfrutar de la literatura y a aprender libremente a través de las historias y de los personajes. Ya se empieza a atender al momento evolutivo de los niños que en un comienzo no se hacía.

Antiguamente, se pensaba que los niños no podían disfrutar de la lectura, por el simple hecho de que eran niños, en cierto modo lo entiendo. Lo entiendo, porque en aquella época no se prestaba atención al momento evolutivo del niños, ni a sus gustos, ni a nada porque era algo reservado para los más mayores, por ese motivo era normal que a los niños no les gustara y se pensara que no podían apreciarlo, esto era normal, no pensaban en ellos. Con el paso del tiempo nos hemos ido dando cuenta de que esto no es así y por lo tanto nos hemos ido preocupando más por sus gustos hasta llegar al momento actual en el que estamos.

Literatura infantil en el siglo XX en España

España se incorpora tarde al gran auge de la literatura infantil en este siglo. Es cierto que hay autores de prestigio que dedicaron algunas obras a los niños, como Valle-Inclán, con La cabeza del dragón; Jacinto Benavente, autor de El príncipe que todo lo aprendió en los libros, o Eduardo Marquina, que escribió La muñeca irrompible.

Pero antes de la Guerra Civil española sólo tres nombres de prestigio destacaban en el panorama español: Salvador Bartolozzi, Elena Fortún y Antonio Rrobles. Bartolozzi creó las famosas aventuras de Pinocho y Chapete y las de Pipo y Pipa. Aunque Pinocho toma el nombre del personaje italiano, tiene características propias que no coinciden con las de Collodi. El Pinocho de Bartolozzi es un muñeco idealista y aventurero que necesita un contrapunto, por lo que su autor crea otro personaje que le acompaña, el realista y enredador Chapete. Estos dos personajes se convirtieron en la lectura popular de los niños españoles e hispanoamericanos de los años treinta.

Allá por los años 30, apareció Elena Fortún fue la autora que abrió las puertas de la realidad en la literatura infantil. En sus libros aparecían personajes y situaciones que los jóvenes lectores podían reconocer fácilmente en su vida cotidiana. Su forma de escribir amena y ágil, en la que no falta la ironía hacia el comportamiento de los adultos, logró crear un personaje, Celia, que sigue gozando del favor de los lectores de hoy.

El primer personaje literario infantil real. Hasta la fecha, todos los personajes de los cuentos eran planos, por lo que los niños y niñas de la época no se podían identificar con ellos. Celia, el personaje real y de carne y hueso creado por Elena Fortún, llegó a ser muy famosa: de unos 6 años, rubia, guapa, traviesa y buena persona. Lo importante de Celia es que permitió a las niñas de la época sentirse identificadas con ella. Para no discriminar a los niños, Elena Fortún creó al hermano varón de Celia.

Elena Fortún hace crecer a Celia de la misma forma en la que lo hacían las niñas seguidoras de ella. Esto nunca se había hecho, lo de que un personaje de cuento creciera en el tiempo era completamente novedoso, por lo que gustó e impactó.

Antes de Celia, además de que los personajes eran planos y no permitían identificarse con ellos, los personajes siempre tenían la misma edad. Lo único que cambiaba es que pasaban sus mismas aventuras en otro lugar. Celia, al final, se hace mayor, estudia magisterio, se enamora... hasta que finalmente, Elena Fortún Muere.

Como ya he dicho, Celia fue el primer personaje literario infantil que dejó de ser un personaje plano para ser uno real, que permitiera a los lectores identificarse con ella. Pero claro, lo de identificarse con el personaje de una obra depende de los gustos que tenga el lector.

Todos los estudios actuales sobre teoría de la recepción y, en concreto, los que tratan la literatura infantil, han descubierto que los libros que más nos gustan son aquellos en los que nos podemos identificar con alguno de sus personajes. No tiene por qué ser físicamente, o sí, pero hace más referencia a los aspectos psicológicos del personaje. También, aquellos libros en los que vemos reflejado en alguno de sus personajes, a algún familiar o amigo, yo estoy totalmente de acuerdo con esto, pues es entonces cuando tú tienes más ganas de continuar leyendo y por eso creo que este aspecto no está sólo relacionado con la Literatura infantil, sino con toda la literatura. Un ejemplo en el que yo nunca había caído, pero que si te paras a pensarlo es cierto, es la saga que ha vivido mi generación. Harry Potter, escrita por la autora J.K.Rowling.

Harry Potter pertenece a la literatura fantástica y de ficción, pero él es un niño real: tiene 10 años, va a empezar los estudios secundarios y es huérfano. Hasta aquí, cualquier niño o niña se podría identificar con él. No con todo por supuesto, pero si en mayor medida. Su historia es la historia de cualquier niño normal envuelta en la fantasía. Según Harry se va haciendo mayor, descubre que su padre no era como él se lo esperaba: perfecto. Eso es algo normal, puesto que nadie lo es y a medida que te vas haciendo mayor te vas dando cuenta. Cuando somos pequeños, creemos que nuestros padres son los mejores del mundo, que sólo tienen cosas buenas, pero según nos vamos haciendo mayores nos damos cuenta de que no son tan ideales como creíamos.

La colección de libros de J. K. Rowling ha tenido siempre mucha polémica, pero tenemos que ser conscientes de lo mucho que enganchó a la lectura a niñas y niños como yo. Siempre estuvimos pendientes de sus publicaciones, para leerlos una y otra vez a muchos nos pasó y a otros no, para gustos los colores, está claro, pero es cierto que enganchó porque ¿Qué niño no ha soñado con volar, hacer magia o vivir aventuras?, yo creo que todos lo hemos vivido y eso es lo que nos ofrecía este libro vivir una vida que en la realidad es imposible, pero no en el mundo de la imaginación, donde puedes hacer cualquier cosa.

Antonio Robles es un autor preocupado por transmitir un mensaje de bondad a los niños y que cree en el valor pedagógico de la literatura infantil. Su dedicación a este género fue total. Tanto mientras vivió en España como cuando tuvo que exiliarse en México, escribió cuentos y fue profesor de Literatura infantil en una Escuela Normal de la ciudad de México.

La Guerra Civil española (1936-39) truncó el camino iniciado por estos autores y hasta los años cuarenta no aparecieron nuevas plumas, como Borita Casas, que creó un personaje que se hizo famoso en su época, Antoñita la Fantástica; a través de esta niña de fuerte imaginación, la autora denuncia los defectos de la sociedad y los adultos de la época. En una línea más cercana a la literatura tradicional destaca María Luisa Gefaell, premio Nacional de Literatura en 1950, que realizó descripciones de la vida de los niños en las tierras de Castilla a través de su personaje Antón Retaco.

También aparecieron, en estas fechas, los primeros cómics de la historia. Éstos no tenían bocadillos pero su formato era muy parecido a los cómics de ahora: muchas ilustraciones y no tanto texto. Mi madre, siempre me habló de estas historias y yo nunca las había visto con mis propios ojos hasta que pudimos apreciarlas en clase. Con el tiempo, evolucionó la calidad del papel, de las ilustraciones... Estamos hablando de los años 60 y 70 del siglo XX. Es entonces, cuando aparece en el campo de la literatura infantil Ferrándiz, ilustrador español y escritor de poemas y cuentos infantiles.

Entre las escritoras y escritores que gozan actualmente de un reconocimiento merecido, figuran Montserrat del Amo, premio Lazarillo en 1960 por su obra Rastro de Dios; Carmen Vázquez Vigo, Mambrú no fue a la guerra (1970); Ana María Matute, una escritora de adultos que ha escrito libros de gran calidad para los niños, en los que combina una rica fantasía con un tono poético y la excelente construcción de sus obras, El saltamontes verde o El polizón del Ulises, premio Lazarillo 1965; Carmen Kurtz, creadora de un personaje, Oscar, un simpático chico de 12 años, y que en 1964 ganó el Premio CCEI con Oscar, cosmonauta, y el Premio Lazarillo en 1964 por Color de fuego. Otros autores significativos son: el poeta Jaime Ferrán, Marta Ossorio, María Isabel Molina y su hermana Pilar Molina, así como Gloria Fuertes con sus personales versos para los niños.

En la década de 1975 a 1985 se produjo en España el llamado boom de la literatura infantil y juvenil, en el curso del cual surgen los nombres más significativos de la actualidad:

Fernando Alonso, con El hombrecito vestido de gris (1978); Consuelo Armijo, creadora de unos personajes fantásticos, Los Batautos, Premio Lazarillo 1974, que representan el “nonsense” español; Joan Manuel Gisbert, uno de los autores de más prestigio en la actualidad, dedicado a la novela fantástica de ciencia ficción, autor de El misterio de la isla de Tokland, premio Lazarillo en 1980, un libro que no deja de reeditarse, o Escenarios fantásticos; Jordi Sierra i Fabra, un autor muy prolífico que ha escrito en todos los géneros —en la ciencia ficción destaca su trilogía “El ciclo de las Tierras”— y que en los últimos años se inclina hacia la novela realista con una excelente novela, Noche de viernes (1994), o Juan Farias, una de las voces más personales y prestigiosas de la actual edición infantil, premio Nacional de Literatura Infantil en 1980 con Algunos niños, tres perros y más cosas.

El mayor cuidado en la edición y un afán de llevar los libros a los lectores más jóvenes e incluso a los pre-lectores, originó también en la década de 1980 un magnífico auge de la ilustración española, considerada como una de las mejores del mundo. Destacan entre otros los nombres de Miguel Calatayud, Alfonso Ruano, Carme Solé, Asun Balzola, Arcadio Lobato, Alicia Cañas o Javier Serrano.

http://www.uprb.edu/profesor/mrocio/edpe3317/articulos/http___www.alipso.com_impresion_impresion.php_ruta=http___www.alipso.pdf

Retomando el tema de poder identificarnos con los personajes de los cuentos, quiero decir que no es lo mismo “identificarse con”, que “querer ser como”. La primera expresión hace referencia a reflejarse con el personaje por tener una vida similar, es decir, que nos pasen las mismas cosas, mientras que la segunda expresión hace referencia a que nos gustaría ser como ese personaje por lo guapo que es, lo listo...

Hay un aspecto que aún no hemos tocado y que es sumamente importante a la hora de seleccionar un libro.

Este aspecto es el análisis del formato y del diseño, lo más importante es que sea un diseño atractivo, que llame la atención nada más verlo. Es cierto que no debemos fijarnos tan sólo en esto, sino que tenemos que ver cada una de las cosas de las que hemos hablado, pues sólo de esta forma lograremos seleccionar correctamente aquello que al niño le pueda gustar más. Pero centrándonos en este aspecto. La letra, las ilustraciones, el diseño. Todas esas cosas deben llamarnos la atención.

En estas cosas se debe ser muy crítico y pensar realmente como un niño. Debemos pensar si esas ilustraciones, si esa letra y ese diseño es el correcto. Además otro aspecto importante que debemos tener en cuenta es el formato. Tenemos que tener en cuenta que este formato sea cómodo a la hora de leer y por supuesto no seleccionar tochos, pues los niños no suelen sentirse atraídos por un libro demasiado gordo ni con pocos dibujos, a no ser que le encante la lectura.

El libro ilustrado está ganando cada vez más terreno. Las imágenes son mucho más subjetivas que las palabras y por eso se busca cada vez más la expresión del ilustrador. Este es un punto muy interesante pues con él se permite que el niño imagine lo que pasa y se invente algo que no tiene porque concordar totalmente con lo que quería decir el autor.

Aunque hemos hablado del espesor de los libros no hemos llegado a profundizar ni a hablar de el tamaño de estos. Creo que el tamaño debe ser adecuado a ellos, para eso tenemos que fijarnos en que no sea demasiado grande pues son muy incómodos de leer, ni demasiado pequeños, pues normalmente tienen una letra muy pequeña y leer un libro con una letra muy pequeña también es muy incómodo.

En conclusión, deben ser llamativos y fáciles de manejar para que se sientan atraídos por ellos.

Hay otro aspecto dentro de este grupo, que no se nos puede quedar en el olvido, que es la letra. Resulta peculiar pensar que durante mucho tiempo, hemos estado viendo la letra cursiva utilizada en los libros de los más pequeños, pero en ningún momento nos hemos parado a pensar que esto tenía un por qué. Por increíble que parezca, el hecho de emplearla les ayuda en el inicio de esos primeros años lectores. Esto es debido a que, como es sabido por todos al leer, hacemos una serie de fijaciones y movimientos sacádicos que nos permiten ir siguiendo la lectura. Bueno pues ese tipo de letra junto con el tamaño adecuado, les reduce el número de fijaciones que han de hacer; permitiéndoles por tanto un poquito más de comprensión en la lectura.

Otro de los motivos por los que es utilizado ese tipo de letra es meramente económico. Cuanto mayor sea el tamaño y la separación entre las mismas, más ahorro supondrá su impresión.

Para concluir el desarrollo de este primer bloque, me gustaría hacer un breve resumen.

A la hora de seleccionar los textos o libros que trabajar en el aula con nuestros alumnos, no se nos pueden olvidar las edades, su momento evolutivo y lo más importante para mí sus gustos, puesto que esto no facilitará alcanzar el objetivo que nos proponemos, que es que los niños aprecien la lectura.

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