sábado, 24 de diciembre de 2011

Estudia las frases que parecen ciertas y ponlas en duda.Riesman, David


Antes de profundizar en este tema lo más importante de todo es que sepamos la definición de aquello de lo que estamos hablando.

El concepto de folklore es uno de los más interesantes conceptos a nivel cultural. Cuando hablamos de folklore estamos haciendo referencia al conjunto de elementos, ideas, tradiciones, formas de actuar y conocimiento popular que compone a la identidad de una comunidad determinada.

El folklore es justamente lo que construye la idiosincrasia de esa comunidad, haciendo que vistan, se alimenten, se diviertan, piensen y se muevan en su mundo de un modo particular y único. La palabra folklore proviene del inglés, idioma en el cual ‘folk’ quiere decir pueblo y ‘lore’ acervo.

Muy bien ahora ya sabemos lo que es el folclore, pero:

¿Qué es un texto folclórico?

Lo primero de todo es que los textos folclóricos, no tienen autor, son textos que han ido pasando de boca en boca, de generación en generación y, como es lógico, por esta razón no se mantienen idénticos a cómo se contaron por primera vez.

Cada persona que ha narrado ese texto ha ido incluyendo sus propias variaciones, añadiendo, quitando u olvidando partes del mismo hasta que, alguna persona quisiera ponerlo por escrito, para que este no se perdiera ni olvidara en un futuro. Por eso los autores son muchísimos, pues cada persona cuenta la historia de forma diferente.

A todo esto hay que añadirle el tiempo que ha transcurrido desde que se contaron esas historias por primera vez hasta nuestros días. Durante este tiempo muchas personas lo han ido transmitiendo oralmente de generación en generación y han ido cambiándola. Como sabemos a lo largo de la historia las creencias y costumbres han ido cambiando, por lo que es de suponer que estas historias han ido sufriendo transformaciones hasta nuestros días.

Como hemos visto los textos folclóricos no tienen un autor concreto, sino que está hecho por el pueblo, por lo son textos que permiten una gran flexibilidad a la hora de cambiar la historia.

Debido ha esto nunca podremos decir cuál es la historia original, ni siquiera sabremos si la historia que estamos contando puede ser la original, pues no se sabe.

http://www.definicionabc.com/social/folklore.php


¿Por qué no sabemos si esa historia es la original o no?

No podemos saberlo. Por lo que ya hemos dicho, estas historias han ido pasando de boca en boca y han sufrido transformaciones y cambios, sólo algunas personas decidieron plasmarlas en papel, como por ejemplo Perrault y los Hermanos Grimm. Pero ellos lo escribieron como les llegaron a ellos las historias añadiendo algunas modificaciones.

Creo que es importante que hablemos ahora de los orígenes de los textos folclóricos nos encontramos que algunos de ellos pudieron ser reales, como por ejemplo, la historia de “Caperucita Roja”, que perfectamente puede ser real pues, no es más que la historia de una niña devorada por un lobo. Sin embargo no creo que si que podía ser una niña pequeña en aquella época las niñas tenían que madurar más deprisa y hacerse cargo de la casa, según las costumbres de la época.

También podemos encontrar textos folclóricos religiosos, algunos textos derivan de mitos religiosos que han perdido su carácter religioso, eliminando las figuras de los dioses por seres fantásticos como las hadas, brujas u ogros.

Algunos son textos inventados para enseñar a los adolescentes y jóvenes los peligros de la vida de que se deben guardar. Hemos de apuntar que, los textos folclóricos no son textos infantiles, son textos que se narraban al calor de la lumbre, en familia e iban destinados principalmente a los adolescentes, a las personas que pasan a la vida adulta.

Incluso podemos encontrar textos folclóricos en historias paganas.

¿Qué tipos de textos folclóricos podemos encontrar?

Vladimir Propp: seguía una corriente estructuralista. Esto quiere decir, como su nombre indica, que le interesaban mucho las estructuras de los cuentos y se dedicaba a investigar sobre ello. Su libro más conocido es Morfología del cuento. Quiso estudiar las componentes y las estructuras (de personajes, relaciones…) de los cuentos folclóricos rusos. Primero se dedicó a recoger cuentos.

Dividió los cuentos en cuatro grandes bloques:

Los mitos: Los personajes de los mitos son dioses o héroes que representan, por ejemplo, a una estación.

Cuentos de animales: como su propio nombre indica, todos los protagonistas de estos cuentos son animales. Dentro de este tipo de cuentos hay otras dos distinciones:

Los cuentos folclóricos que se escriben para entretener, divertir y que no tienen moraleja aunque pueden tener alguna enseñanza, pero no se escribe con esta finalidad.

Las fábulas, las cuales se escriben con la intención de finalizar siempre con una moraleja. Los personajes aquí son muy importantes porque son arquetipos y simbolizan siempre algo: el zorro representa la astucia, los ratones representan la inteligencia, etc…


Cuentos de fórmula: son aquellos en los que todo el cuento o bien parte de él hay que aprendérsela de memoria, porque si no te lo aprendes no es igual de divertido. Un ejemplo del que ya hemos hablado con anterioridad son los “cuentos mínimos”. Son cuentos para vacilar y reírse con los niños. Como por ejemplo el de los dedos de la mano, la hormiga…

Y hay otros que hay que aprenderse la formula. Ejemplo: Ratita, ratita linda quieres casarte conmigo…“siempre se repite la misma frase.
Cuentos de hada o maravillosos: son los cuentos en los que aparezcan personajes los cuales tienen cualidades mágicas. No necesariamente tienen que aparecer hadas, pueden ser otros seres mágicos. Ejemplos: La cenicienta, Blancanieves, La Bella Durmiente, El zapatero y los duendes, El gato con botas...

http://laluzdelamanana.blogspot.com/2011/05/clasificacion-de-los-cuentos-segun.html

http://leesuenavuela.blogspot.com/2011/05/apuntes-bloque-iv-literatura-folclorica.html

http://es.wikipedia.org/wiki/Cuento_de_hadas

Hubo algo que aprendimos en clase que me pareció muy interesante. En clase nos percatamos de que cada personaje representa un rasgo psicológico del ser humano. Creo que nunca nos habíamos parado a pensar en la historia de los tres cerditos, por ejemplo:

Por ejemplo, el cerdito pequeño la hace de paja, porque es el más pequeño y quiere acabar antes, porque se quiere poner a jugar. Representa la etapa de la infancia. El cerdito mediano, la hace de madera, porque sabe que es más resistente, pero no lleva tanto trabajo como la casa de ladrillo. Representa la pubertad, donde aún queda mucho por aprender. El cerdito mayor, hace su casa de ladrillo, sabe que le va a llevar trabajo, pero también sabe que recibirá una recompensa por hacerla de ladrillo y sabe las ventajas que tiene. Representa la etapa adulta, donde se ha vivido mucho más y se saben las consecuencias.

Se han hecho numerosos análisis de los textos folclóricos, después del análisis que hizo Propp, pero todos y cada uno de ellos ha llegado a la misma conclusión. La estructura y las funciones de los personajes son las mismas.

Los personajes de los textos folclóricos, viven en un núcleo familiar, suele ser un niño, que es protegido y, al llegar a la adolescencia, se ve obligado a abandonar su casa o, en algunos casos, es él que quiere salir de su casa, de esa protección familiar. El adolescente pasa una serie de pruebas para demostrar que puede pasar a la edad adulta. La edad adulta se simboliza con el matrimonio y la creación de un nuevo núcleo familiar.

Algunos expertos alegan que los textos folclóricos son machistas. Esto parece fácilmente rebatible si tenemos en cuenta algunas cosas que sabemos. Se dice que las mujeres realizaban las tareas de casa, bien, es cierto, pero debemos tener en cuenta en qué épocas se comenzaron a transmitir, es decir, esto es reflejo de una época. Pero en los textos folclóricos podemos observar que es la mujer quien manda en la casa, por tanto, no parece muy machista. Además debemos tener en cuenta que eran las abuelas principalmente las que contaban los cuentos y, éstas, eran mujeres muy luchadoras que, pese a vivir en tiempos difíciles y tener que trabajar muchísimo, eran capaces de “sacar su casa adelante” teniendo que hacer prácticamente todo solas.
Actualmente podemos ver además cómo están intentando cambiar esta visión de ama de casa de la mujer. En la nueva película de Blancanieves la cuál aún no está estrenada, Blancanieves comienza siendo débil, pero al final va a luchar contra su madrastra, esta es una visión totalmente distinta a la que tenemos en Disney la cual se estreno en 1937- 1938 en español.

Otro aspecto que poseen los textos folclóricos y al que aún no hemos hecho alusión es qué sus personajes son planos. Son planos aquellos personajes que siempre se comportan de la misma manera, no evolucionan y nos muestran un único aspecto de sí mismos, por lo que sus actuaciones son siempre previsibles.

El psicoanalista Bruno Bettelheim argumenta que, cuando el niño lee un cuento folclórico, logra reconocerse a sí mismo en el personaje central, en sus aventuras y en la resolución de problemas. Bettelheim ha manifestado que no hay ninguna cosa más enriquecedora para el niño que los cuentos folclóricos que, según él, han ido refinándose al pasar de boca en boca y llegando a transmitir sentidos evidentes y ocultos, que están destinados tanto a niños, como a adultos.

Bettelheim expone que casi todos los cuentos que provienen de la tradición oral abordan el mismo tema.

La tesis de Betellheim parte de la base de que todos los cuentos populares reflejan la evolución física, psíquica, intelectual y social del niño; por ejemplo, el fracaso del egocentrismo, la soledad y falta de afecto, la satisfacción del deseo y el triunfo sobre el peligro; el temor sexual en “La Bella y la Bestia”.

El siete es otro de los números mágicos en los cuentos populares. Tenemos, por ejemplo, a los siete enanitos en el cuento de “Blancanieves”. Siete son los colores primarios, siete los días de la semana, siete los planetas de la antigüedad, siete las virtudes, siete los pecados capitales, siete los misterios, siete las maravillas del mundo…

¿Quién comenzó a poner por escrito estos cuentos o historias?

El primer recopilador importante de textos folclóricos es Rodrigo Caro, en el siglo XVI, es el más antiguo de todos y se dedica a poner por escrito cancioncillas y juegos que escuchaba a los niños para que no se perdiesen, vemos en él una intención conservacionista.


http://bib.cervantesvirtual.com/portal/Platero/portal/lirica/cancionero.shtml


De esta época es Madame Leprince de Beaumont, que había escuchado la historia de “El lobo blanco”, la trama de la historia es la siguiente: el padre de una chica robó una rosa del jardín de un enorme lobo blanco, éste se dio cuenta y obligó al padre a entregarle a su hija para que viviese con ella. Cuando ella se comienza a enamorar del lobo blanco, éste se muere y fin. A Madame Leprince de Beaumont no le gustó mucho el final de esta historia y la adaptó, dando como resultado una versión más parecida a la qué nos muestra Disney en la película “La bella y la bestia”, título que toma de esta adaptación.


Perrault también es de esta época, era una persona cercana a la corte, humanista e interesado por las historias celtas, es posible que supiese, además de francés, inglés. Pese a ser un cortesano no le gustaban los desmanes y excesos que había en ella, estaba en contra de todos esos excesos y, viendo que allí todos los pecados capitales campaban a sus anchas decidió escribir relatos moralizantes dirigidos a la corte, no a los niños. Por tanto, nos encontramos ante paraliteratura ya que la intención principal es moralizar. El interés de Perrault por escribir también es alimentado por las numerosas historias que la nodriza de los hijos de Perrault conocía y narraba a sus hijos mientras los amamantaba.


En la primera mitad del siglo XIX, en Alemania, se da el Romanticismo. Los hermanos Grimm escribieron “Cuentos para la infancia y la juventud” ciertamente influidos por el sentimiento nacionalista propio del Romanticismo. Ellos no eran nacionalistas exaltados pero quisieron aportar su granito de arena, alguien les propuso recoger historias folclóricas “alemanas” para que toda esa riqueza alemana no se perdiera. Su afán no era adaptar era conservar, por ese motivo no querían cambiar los textos, querían plasmarlos tal y como los contaban. Ninguno de los cuentos de los hermanos Grimm estaban escritos para niños menores de 10 años, porque hasta más o menos esa edad nadie sabía leer. En los cuentos aparecían incestos, sexo, violencia…



En la segunda mitad del siglo XIX. En esta misma época en Dinamarca nos encontramos con Hans Christian Andersen. Tiene dos tipos de cuentos: los cuentos de autor (escritos por él), en ellos encontramos personajes reales de la Dinamarca de la época, el ejemplo más importante es “La cerillera”. Otro tipo son las historias folclóricas como “La sirenita” o “El soldadito de plomo”. Existen cuentos parecidos a estos, previos, de inspiración folclórica de historias del norte de Europa. Andersen no incluyó moralejas en sus cuentos, por tanto, esto sí es literatura. Pero los cuentos de Andersen siempre acaban mal.

Podemos concluir diciendo que Andersen era el único escritor. En España también tuvimos adaptadores como Cecilia Böhl de Faber, su pseudónimo Fernán Caballero, y el Padre Coloma.

Este último escribió cuentos folclóricos y adaptó obras para contar a los niños. Es paraliteratura porque era moralizante. Hace una cosa curiosa, convierte a los personajes del mundo mágico, paganos, en imaginería cristiana, religiosa, pero popular. Al demonio se le llamaba Pedro Botero, las calderas de Pedro Botero al infierno.


¿Deben trabajarse los textos folclóricos en Educación Primaria?

Los textos folclóricos deben trabajarse en Educación Primaria, en la escuela, porque son una riqueza cultural. Debemos tener en cuenta que los textos folclóricos siempre han sido de transmisión oral y esto debe ser respetado. No son cuentos o historias tanto para ser leídas por los niños como sí para ser narradas por un adulto u otra persona. Es interesante que los niños en el aula aprendan la historia y se la cuenten a otros niños o a sus propios compañeros. Por tanto, el maestro, es más interesante que cuente él los textos folclóricos a que los proponga para que los lean los niños en clase, son historias para ser escuchadas y contadas, esa forma de transmisión, la transmisión oral, se ha llevado a cabo durante siglos y deberíamos continuar con ella a la hora de trabajar con textos folclóricos.

http://www.ccsm-unmsm.edu.pe/folklore/documentos/Boletin07.pdf

¿Cómo contar los cuentos a los niños de Primaria?

Una primera cualidad que debe tomar en consideración el narrador, es que ha de transmitir, y no se transmite lo que no se tiene. En este sentido debemos no sólo conocer la historia que desea narrar, sino además, tenerla en cierto modo asimilada, al objeto de imprimirle su propia emoción, de “transmitirla” porque la sentimos y nos la creemos nosotros mismos.

Además, hemos de saber que el narrador se convierte en intérprete de los hechos que va a narrar, cuyo protagonismo, puede acabar en él, o trasmitírselo, en aras a su destreza, a los propios niños del auditorio (haciéndoles participar de la narración mediante preguntas, repeticiones, o intervenciones esporádicas). Esta fórmula favorece su implicación y hace que vivan más intensamente la narración.

No obstante, todos somos personas limitadas, y resulta necesario ser conscientes de nuestras limitaciones. Parte del éxito que se consigue con una narración estriba en la intensidad con que el narrador se empeña en transmitir al grupo. Captar su atención es una condición imprescindible para lograr el éxito de la experiencia, pues en caso contrario, podemos hacer que una bonita historia resulte mediocre y pierda todo su encanto. Si el narrador no se cree capaz de conseguir “captar” únicamente en base a sus palabras, expresiones o la representación que va a hacer, o cuando piense que la narración resultará mucho más intensa con un apoyo externo, no importa que se ayude de elementos complementarios que refuercen su aportación personal.

En cuanto al ambiente, que como sabemos, ayuda, es bueno mantener una proximidad con el auditorio, incluso que éste esté lo más próximo al narrador (en semicírculo, por ejemplo). Cuando es personal, la narración conviene hacerla en el regazo, pues los niños actúan en todo momento movidos por sus sentimientos y emociones.
Una vez iniciado el relato, es necesario mantener la tensión, y el clima generado, de encanto o misterio. La atención del auditorio ha de responder a la propia narración, y el niño ha de verse embaucado por ésta.

En el aspecto formal son tan importante el lenguaje verbal como el no verbal. La expresión ha de resultar clara, nítida, y movida por los intereses que la propia narración imponga a la voz. Eso sí, sin exageraciones innecesarias. La sencillez ha de caracterizar toda la expresión, pues será la mejor forma de aportar naturalidad a nuestra narración. Como dice Cone Bryant “contar un cuento consiste en excluir todos los elementos extraños y buscar la brevedad, la sucesión lógica de las ideas y la claridad de la alocución”.

No podemos ignorar la dramatización que conlleva toda expresión narrativa. Esto no significa que tengamos que convertirnos en “actores” que dramatizan un relato, no, ni mucho menos. La narración requiere únicamente identificarse con cada situación, y poniéndonos en la piel de los personajes, transmitir sus propios sentimientos ante los hechos acaecidos. Se trata de interpretar la narración sólo hasta el punto de facilitar que el auditorio se lo imagine. Siempre de manera espontánea, y por supuesto, haciendo que nos salga de dentro, de modo agradable.

Hemos de demostrar confianza en nosotros mismos, demostrar entusiasmo en lo que hacemos, y veremos cómo la facilitad expresiva irá mejorando a medida que uno pierde la conciencia del yo, para sentirse dentro de la narración. Y del mismo modo, su expresividad resultará cada vez más intensa.

http://www.cesdonbosco.com/lectura/web%20CAP%20Alcobendas/Materiales/Contenidos/3%20-%20El%20arte%20de%20contar%20cuentos.pdf

http://www.elvalordeuncuento.es/docs/ComoContarCuentos.pdf

¿Dónde podemos encontrar testos folclóricos?


Textos folclóricos podemos encontrar en Internet y en los libros pero, a la hora de buscarlos debemos diferenciar entre versión y adaptación.

Una versión es decir la historia que tu te sabes de forma oral, tal y como se hacía antiguamente por eso es posible que se olviden los nombres o ciertos aspectos por eso se considera que sólo es una versión.

Por otra parte tenemos la adaptación, donde sí existe una intencionalidad de cambiar ese cuento.

También debemos hacer alusión a la traducción, no es lo mismo estar ante una traducción de un cuento de Andersen que ante un resumen del mismo. La traducción es fiel al cuento, a lo que escribió el autor. En cambio el resumen no es ni tan siquiera una adaptación, posee una intencionalidad diferente, pretende compactar el contenido de un cuento en un espacio determinado.

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