miércoles, 28 de diciembre de 2011

El regalo de un libro, además de obsequio, es un delicado elogio.

Como hemos visto durante el desarrollo de este tema, lo más importantes es hacer que los niños se sientan atraídos por la literatura. En mi opinión la única forma de lograrlo es a través de juegos. Creo esto, porque los niños se divierten, se evaden y crecen como personas.

A través del juego aprenden a respetar los turnos, a trabajar en equipo y multitud de cosas que les servirán para su futuro. Además jugar con la literatura, les permite verla de una forma completamente distinta, deja de ser algo monótono y aburrido, para ser divertido.

Otro aspecto muy importante es que se sientan identificados con lo que leen y se sientan a gusto, pero como ya sabemos, es muy difícil atraer a los niños a la lectura. Leer es algo que no ha todo el mundo le gusta, y la mayoría de las veces, es porque se hace pesado leer tantas letras y más cuando es un tema que no te atrae nada, si le pasa a los adultos, a los niños les pasa el doble, pues ellos lo que quieren es jugar y divertirse.

En nuestra mano está conseguir que los niños se sientan atraídos por la lectura, y este tema nos ha servido para saber cómo hacerlo. La realización de este tema ha sido complicado porque no tenía una idea clara de que era lo más importante como con el resto de temas, sin embargo según he ido profundizando me he ido dando cuenta de que lo más importante como ya hemos dicho tantas veces es que los niños se diviertan y se lo pasen bien.

Hacer la guía tampoco ha sido una tarea sencilla, había que pensar en muchas cosas y sobretodo había que pensar en si serían actividades divertidas para los niños y si se lo pasarían bien haciéndolas. En mi opinión, no podemos olvidar que son niños y que por lo tanto tenemos que tener presente que es lo que más le gusta a un niño para poder enfocarlas de tal forma que les atraiga y que a su vez estas actividades permitan que los niños se sientan atraídos también por la lectura.

1 comentario:

  1. Lo lúdico es perfecto, pero ¿qué hay de la reflexión, la identificación, el placer del texto en sí mismo?
    Bien.

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